Alzó un brazo el dios,
y de un acervo de preguntas sacó unas cuantas.
Le vino una pelota rodando al dios,
y la levantó con un movimiento de pie,
y con una seña de dedo, le sacó los parches.
Ensartó las pestañas el dios
en un bostezo, y exprimió de ahí
el sueño de abrazar a una mujer: a una, no cualquiera.
Se le acababan las facturas pero no el agua para el mate
porque a él tampoco le gustaba.
Salía de la heladera del dios
la pestilencia húmeda, caliente y retorcida
de un coliflor podrido.
Y antes de las ocho, el dios
sacó la basura,
la cual fue recogida por moiras
exégetas y recursantes,
que crearon un esferoide con sangre
de hedor, parches, sueños…,
preguntas y mucha, mucha
crema pastelera.
domingo, 11 de marzo de 1984
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[al dios,
y se hizo más, pero dejó perder la crema pastelera,Publicadas por Próspero a las 9:05 a. m.
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